Nuestro CEO Diego Mateos Amann fue entrevistado en el programa En Jake de EITB, donde analizó el estado crítico de las interconexiones eléctricas entre España y el resto de Europa, un problema estructural que mantiene a la Península Ibérica como una isla energética y encarece la electricidad para consumidores y empresas.
La insuficiente conexión eléctrica entre España y la Unión Europea se ha convertido en una prioridad estratégica ante el nuevo escenario geopolítico europeo, especialmente tras la dependencia energética que la invasión rusa de Ucrania puso de manifiesto.
España y Portugal: desconectados del mercado europeo
Mateos explicó que la capacidad actual de interconexión ronda los 2,5 gigavatios, una cifra muy por debajo de las necesidades reales del sistema. El objetivo planteado es ambicioso: «La idea es ponernos en 8 o 9 gigavatios, casi triplicar la interconexión actual».
El CEO de GESE recordó que Europa tenía objetivos claros que no se han cumplido: el target para 2020 era alcanzar los 10 gigavatios de interconexión, mientras que para 2030 se fijó un nuevo objetivo del 15% de capacidad instalada. Sin embargo, la realidad es otra: «Estamos muy lejos de ambos objetivos. Somos una isla energética».
Francia: el freno a la integración energética peninsular
Uno de los aspectos más reveladores del análisis de Mateos se centra en las resistencias políticas que dificultan el avance de estas infraestructuras. Según explicó, Francia ha sido históricamente reticente a ampliar estas conexiones porque la interconexión funciona en ambos sentidos.
El problema es de naturaleza comercial y técnica: «La energía eléctrica se almacena muy mal pero viaja muy bien», señaló Mateos. Con una interconexión reforzada, en los momentos en que España tiene exceso de generación renovable, «se podría vender al resto de Europa esa energía que ahora estamos perdiendo».
La situación actual genera ineficiencias graves: cuando España enfrenta déficits de generación, la limitada interconexión obliga al sistema a recurrir a la gestión activa de demanda, «obligando a los grandes consumidores a parar y dejar de consumir» para equilibrar el sistema.
Impacto directo en el precio de la electricidad
Mateos fue contundente sobre las consecuencias económicas de esta desconexión: una mayor interconexión reduciría significativamente el precio de la luz para los consumidores. El motivo es la reducción de volatilidad en el mercado eléctrico español.
El CEO explicó el problema estructural actual: «En horas solares la acumulación de energía es tremenda, nos sobra, y en las horas no solares la energía vale mucho». Esta volatilidad extrema genera ineficiencias que se trasladan directamente a la factura.
El mecanismo de formación de precios amplifica el problema: el sistema marginalista español establece que la última tecnología necesaria para cubrir la demanda marca el precio para toda la generación. Mateos señaló que «si en ese mercado tenemos que arrancar un ciclo combinado para generar energía, pero lo podemos importar, no tendríamos por qué arrancarlo y podríamos comprarla más barata».
Tras el apagón: modo seguro pero más caro
Cuando se le preguntó sobre las medidas adoptadas tras los recientes problemas de suministro, Mateos confirmó que el sistema sigue expuesto pero funciona en «modo seguro». Red Eléctrica de España ha modificado su gestión para priorizar la estabilidad sobre la eficiencia económica.
La estrategia actual tiene un coste: en la planificación diaria de qué energías van a generar, el operador del sistema «está quitando energías que podrían entrar baratas por otras más caras pero que dan seguridad». En otras palabras, se está sacrificando competitividad por fiabilidad.
Las consecuencias llegarán a las facturas: según advirtió Mateos, este funcionamiento en modo seguro implica que «para el año que viene nuestra parte de término fijo en la factura nos va a aumentar para paliar ese sobrecoste del modo seguro».
Desde GESE seguimos analizando los retos estructurales del sistema eléctrico español y sus implicaciones para empresas y consumidores. Nuestra expertise en mercados energéticos nos permite anticipar estos cambios regulatorios y de infraestructura, ofreciendo a nuestros clientes las estrategias más adecuadas para navegar un entorno de creciente complejidad.
El análisis de Diego Mateos refuerza nuestro compromiso con la transparencia y el rigor técnico en un momento crucial para la transición energética y la soberanía eléctrica de España.
