Este lunes, España, Portugal y algunas regiones del sur de Francia vivieron uno de los mayores apagones eléctricos del último siglo. A las 12:32 del mediodía, el suministro se interrumpió de forma repentina afectando a millones de ciudadanos, infraestructuras críticas y redes de transporte. En cuestión de segundos, se perdieron más de 15 gigavatios de potencia en el sistema eléctrico peninsular. El restablecimiento completo llevó entre 6 y 10 horas.
Horas después del incidente, Diego Mateos, experto energético y CEO de GESE, fue invitado al programa En boca de todos de Cuatro para aportar claridad sobre lo ocurrido y su impacto en el sistema energético nacional.
El papel de la inercia y las renovables
Durante su intervención, Diego Mateos descartó de forma fundamentada la hipótesis de un ciberataque y centró el análisis en un fallo técnico sistémico, provocado por una descompensación en el mix energético. Según explicó, en el momento del colapso el 73% de la energía que consumía España provenía de fuentes renovables, especialmente solar y eólica.“Las energías renovables son fundamentales en la transición ecológica, pero muchas de ellas no aportan inercia al sistema eléctrico”, explicó Mateos.
“Cuando la red sufre una perturbación repentina, como la desconexión de una gran línea o central, las fuentes sin inercia no pueden sostener la frecuencia, lo que puede generar un efecto dominó”. Este efecto en cascada fue precisamente lo que se vivió el lunes: al caer la frecuencia por debajo del umbral de seguridad (50 Hz), los sistemas de protección automática desconectaron unidades para evitar daños, lo que a su vez provocó nuevas caídas.

Una advertencia anunciada: transición energética con responsabilidad
Desde GESE, y en palabras de nuestro CEO, se viene advirtiendo desde hace años que una penetración masiva de renovables sin suficiente respaldo técnico (como almacenamiento, hibridación o generadores síncronos) puede generar vulnerabilidades estructurales.
“Este apagón no es una consecuencia de tener renovables, sino de no haber adaptado aún la infraestructura de respaldo que las acompaña”, puntualizó Diego Mateos. “Por ser más ecológicos no debemos quedarnos sin seguridad energética. La transición debe ser ordenada, y sobre todo, resiliente”.